Lisboa tiene una de las historias más antiguas de Europa, habiéndose fundado la ciudad hace tres mil años. Es junto con Setúbal, Alcácer do Sal y algunas ciudades del Algarve la más antigua de Portugal y tras Atenas, la capital más antigua de la Unión Europea.[1] Lisboa es cuatrocientos años más vieja que Roma.
Su historia se encuentra ligada a su posición estratégica en la desembocadura del río más largo de la península ibérica, el Tajo. Su puerto natural era el más cómodo para el reabastecimiento de los barcos que comercian entre el mar del Norte y el Mediterráneo. Además se encuentra en el extremo suroccidental de Europa habiendo sido un punto estratégico para las rutas comerciales con África y América. Los edificios más antiguos son:
Castillo de San Jorge: construido en el siglo XI. Catedral de Lisboa: construida en el siglo XII Iglesia de San Vicente de Fora: construida en el siglo XVI. Monasterio de los Jerónimos: construido en el siglo XVI Torre de Belém: construida en el siglo XVI. Los primeros canales de agua en Lisboa, Portugal, fueron creados en el siglo XVIII. Estaban ubicados principalmente en la zona de Belém y se utilizaron para abastecer de agua a los jardines y fuentes de la ciudad. Las primeras murallas en Lisboa fueron construidas por los romanos en el siglo II a. C. Eran de estilo romano y estaban construidas con piedra y mortero. Eran sólidas y tenían torres defensivas a intervalos regulares. Las primeras fuentes de agua en Lisboa, Portugal, fueron creadas en el siglo XVI durante el reinado del rey Manuel I. Eran construcciones simples, como pozos y mananitales Naturales , que proporcionaban agua a la población. Con el tiempo, se fueron construyendo fuentes públicas más elaboradas con diseños ornamentales.